Tor. Foc encès

Tor es uno de los pueblos más altos de los Pirineos, justo en la frontera con Andorra, un territorio extremo que muchos consideran el Far West catalán. El contrabando ha sido habitual. Fue camino de paso para republicanos que huían de Franco y para judíos que escapaban de los nazis, y en él tuvo lugar una batalla entre maquis comunistas y guardias civiles. Con una gran riqueza forestal y ganadera, dicen que es un cielo para las bestias y un infierno para las personas, y los odios y los rencores se han arraigado a lo largo de más de cien años.

En 1896, las trece familias de Tor registraron a su nombre una montaña de 4.800 hectáreas, con una cláusula para conservar su propiedad: mantener la casa abierta o, como decían los vecinos, tener el fuego encendido todo el año. En aquella época nadie quería irse de allí, pero con los años las cosas cambiaron: ¿quién querría vivir en una aldea sin luz, agua corriente ni cobertura de móvil? Tras dos muertes y años de pleitos, en 1995 un juez sentenció que el monte tenía un dueño único: Sansa. A los cinco meses fue asesinado.

¿Quién mató a Sansa? Carles Porta ofrece finalmente los testigos y la documentación que permiten deliberar sobre este crimen jamás resuelto. Y con la pasión que le ha llevado a investigar esta historia durante cerca de treinta años, narra en un relato excepcional unos hechos verídicos que han convertido a Tor en un escenario mítico y, al mismo tiempo, en una metáfora de la historia de la humanidad.

'Me atrevería a decir que ésta es mi historia, la más fiel a lo que considero que pasó en Tor.'___Carles Porta